Procuradme la mirada encantadora de vuestros oscuros ojos, en cuyas profundidades derramar la claridad de los míos
Permitidme contemplaros, asombradme con la belleza que envidia vuestra propia alma y que encanta a quien la presencia.
Concededme vuestras sonrisas tan intensas como la luz del amanecer y vuestras lágrimas tan frescas como el rocío del anochecer.
Dadme el aroma a jazmines de vuestra cabellera y arropadme con ella hasta que el sueño me arrebate la consciencia.
Dejadme asombrarme de presencia.
® Copyright
No hay comentarios:
Publicar un comentario